Entre el 7 y el 8 de diciembre de 1585 un tercio del ejército español se enfrentó, dentro de la Guerra de los Ochenta Años, a los Países Bajos consiguiendo una victoria que fue calificada de milagrosa ante la gran flota enemiga. El tercio estaba atrapado en la isla de Bommel tras inundar los enemigos todo alrededor, casi sin ropas secas ni comida. Se les planteó a los españoles una rendición, pero la respuesta fue: “Ya hablaremos de capitulación después de muertos”. Esa noche hubo una gran helada que congeló el río, las tropas españolas cruzaron la mañana del día 8, pillaron por sorpresa al enemigo y lo vencieron.
Pues bien, 436 años después un equipo español llegó a Liverpool con muchas bajas, un equipo sin estrellas mundiales, sin un Estado detrás, sin la confianza de nadie en que pudiera llegar ni a octavos de Champions… El Real Madrid hizo suyo el lema de los tercios españoles en Empel, y lejos de acobardarse ante las terribles predicciones decidieron luchar por su honor.
En momentos en que la civilización occidental está en clara decadencia, al igual que el fútbol: dominado por multimillonarios, Estados árabes que venden petróleo, y por gurús que no entienden de fútbol sino de una filosofía futbolística vacía que habla de “jugar bien”, “tener la posesión”, “espacios” y demás tonterías. Ya dijo Zidane en una ocasión que “el fútbol no es tan complicado”. Y es así, en el fútbol solo hay que meter un gol más que el rival. No hacen falta carreras universitarias, másteres, FP ni ninguna filosofía vacía: el fútbol es lucha durante 90’ y ahí no importa nada más.
Así apareció el Real Madrid en Liverpool, sin belleza ni florituras, con Militão, Nacho o Valverde lesionado y de lateral. Un equipo con un estilo de juego único: ganar. Al Madrid le ofrecieron la derrota honrosa, solo había que usar excusas como que no tenemos a Mbappé, Cristiano o Neymar, que otro año será, el fútbol español no está al nivel de ritmo que los demás europeos (como decían los gurús)… Pues no: ya hablaremos de rendición después de muertos. Puede que el Real Madrid sea eliminado en semifinales como los tercios en la batalla de Rocroi, pero sea lo que fuere, no habrá rendición.